La familia de Julián Serrano le viene pidiendo que se bautice desde bebé. El influencer siempre se negó a hacerlo, incluso cuando tenía doce meses. Gritó, pataleó y hasta provocó un apagón en la Iglesia minutos antes de que concreten el acto.

En este caso, Julián le pidió un favor a Yao Cabrera: que lo bautice. El polémico joven le tiró agua en la cabeza a través de Google Meet, y Serrano la recibió en su casa por un aparato electrónico que creó Carmen Barbieri mientras se aburría en los ensayos del «Cantando 2020». ¡Juli, ya te podes casar!