Mica Suárez sigue como la gran mayoría, en cuarentena desde hace más de dos meses. La influencer admirada por casi todos, se prestó a jugar online al juego de la copa con sus amigos. En un determinado momento se cortó la luz, y se fueron quedando todos sin batería. Mica terminó jugando sola, y se encontró cara a cara con Roberta: el fantasma en cuestión.

Mica y Roberta se pusieron a charlar como si fueran amigas de toda la vida (letrero mediante), y allí surgió el desafío de hacer una pulseada. Cuando era chica, Suárez jugaba a la pulseada con el diariero del barrio cada vez que le llevaba el Clarín. Con Roberta también perdió, pero generó una pregunta importante: ¿Debía lavarse las manos para combatir el coronavirus, o el covid no llega a los espíritus? Sabremos cómo sigue cuando se conozcan los resultados del test.